martes, 25 de enero de 2011

Sobre la discriminación y el buen habla

Si bien es real, que cuando le decimos "puto de mierda" o "gordo hijo de mil putas" a una persona, no es una discriminación, si no una perspectiva personal, sobre las condiciones físico-psico-sociales, de nuestro interlocutor.
También es verdad, que si ampliamos nuestro lenguaje, podremos lograr una mejor calidad de comunicación por eso desde este espacio, recomendaremos el cambio de algunos epítetos:

A modo de ejemplo En la vía publica, a un conductor que casi nos pisa:

"¡Ciego de mierda! ¡No ves una poronga! ¡Casi me pisas infeliiiií!"

Sería mejor decir:

"Estimado señor, cuya capacidad de visión es diferente a la mía, y por eso no pudiste observar mi paso, y creo que no puedes ver un pene, ni aunque te lo acerque a la boca, usas tus aptitudes motrices, y esquivame con menos justeza, el estado emocional de tu vida personal no es justificativo para tu mal manejo"

Es muy probable que al concluir, nos haya pisado el que viene atrás, pero la vale la pena intentarlo.

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